Perdida y encontrada

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-¿A dónde me dijo que se iba Crystal?-me dije a mi misma mientras trataba de caminar o deambular por mi misma en los extensos pasillos.

Ya había pasado no más de una hora de mi llegada y la Alta Sacerdotisa resulto ser una increíble persona; era una señora que tenia alma de una chica de mi edad y eso era… fantástico.

Pero resulta que Crystal me había dicho algo sobre un asunto que atender pero estaba tan despistada que no la escuche y lo único que oí de su parte fue un suave Adiós

Desearía haber escuchado algo de lo que dijo porque estoy segura de que menciono algo sobre la ubicación de los dormitorios, en donde estaba mi equipaje según la Alta Sacerdotisa, o el comedor.

Al recordar esa última palabra, mi estómago rugió como si le hubieran dado cuerda.

-Creo que ambas necesitamos comer algo o distraernos-dije a mi pancita, a lo único que esta respondió fue otro rugido estremecedor.

Sonreí a mi misma, creo si me acostumbrare a este lugar, si tienen buena comida, claro está.

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-¡Muy bien Sydney! ¡Te perdiste!- me dije a mi misma mientras trataba de descubrir cómo había sucedido esto.

A ver: yo estaba en el pasillo tratando de recordar que me había dicho Crystal, pero estaba en el pasillo así que… ¡¿Cómo había acabado en la parte trasera del patio?!

-Genial, simplemente genial. ¡Tienes un gran sentido de la orientación!-me dije a mi misma mientras trataba de ubicarme y reconocer el lugar.

No sé porque pero el lugar en donde me encontraba me irradiaba un aire muy pesado, como si algo malo fuera a ocurrir o ya había ocurrido.

Me encontraba al frente de un gran muro y no muy alejado se encontraba un árbol torcido o partido por la mitad, y eso hizo que aumentara mi miedo.

Algo había hecho un ruido entre los arbusto y eso fue suficiente para que lanzara un grito tan alto que de seguro todos los vampiro e incluso los iniciados pudieron escuchar.

-Por favor no me hagas daño, te hare un pastelillo o un pie de manzana o lo que sea-dije mientras cerraba mis ojos con fuerza y esperaba lo peor.

Pero me sorprendí mucho al escuchar un Niauf y sentir a alguien aferrándose a mis brazos y presentí que no era algo terrorífico, a menos de que sea una extraña especie de jaguar del bosque, lo cual lo dudo porque era un animal que me acaba de inventar.

Abrí los ojos para encontrarme con un gatito muy esponjocito y con una mirada de curiosidad o ¿burla?

-Hola cariño, lamento asustarte o me alegra hacerte feliz-le dije mientras me ponía de pie y le extendía la mano.

Había aprendido que los animales eran hasta más sociables que las mismas personas y por eso yo los trataba como si fuera un ser humano.

Primero me miro intrigado, como queriendo saber si lo que estaba diciendo era cierto, y después de comprobar que no era uno de sus enemigos se aferró a mi mano mientras ronroneaba.

-Creo que te agrado y si puedo, te llevare a la Casa de la Noche-dije mientras ponía al gatito en mis brazos y ella se aferró más a mí.

-Te llamare Lyn porque me pareces muy tierno ¿Qué te parece?-dije mientras recibía un Niauf de su parte muy contento.

-Muy bien Lyn, debemos buscar la forma de salir de aquí y volver a la Casa de la Noche antes de que me meta en
problemas-dije mientras Lyn parecía asentir con su cabecita gatuna.

Entonces vi claramente como una sombra se movía muy rápido y justo se alejaba en el horizonte en frente de nosotros, y lo único que pude hacer fue quedarme quieta, porque un presentimiento me dijo que eso era lo correcto.

Y mientras trataba de saber que era exactamente eso, sentí una mano sobre mi hombro haciendo que me asustara y terminara gritando fuertemente como la había hecho antes.

-Lamento haberte asustado pero creo que deberíamos irnos ya porque va a amanecer muy pronto- dijo una hermosa vampiresa a quien no reconocía ya que solo sabía cómo era Crystal.

-Y yo lamento haberte gritado aunque no fuera intencional- dije mientras trataba de calmarme y sentí un gran dolor en mi brazo y justo en ese instante recordé a Lyn.

-También siento haberte gritado pequeña-le dije mientras sobaba su cabecita y solo recibí un enojado Niauf de su parte.

La vampiresa solo rio por nuestro divertido momento mientras yo trataba de lidiar con una enojada Lyn.

-Bien, debemos irnos ahora antes de que nos haga más tarde y por cierto mi nombre es Amelia y fue Crystal quien me envió ya que se preocupó de que te perdieras-dijo Amelia mientras me sonreía y me indicaba que la siguiera.

Me encogí de hombros y decidí seguirla y anote mentalmente “Nunca salgas sin una brújula o un mapa, este lugar es muy grande”

-Me imagino que sabrás mi nombre y me llevaras a mi nueva habitación. Solo tengo una pregunta: ¿puedo llevar a Lyn conmigo?-dije mientras caminábamos de regreso hacia la casa de la noche.

-Bueno adivinaste bien Sydney en ambas cosas y si, puedes llevar a tu gatita contigo, aquí los gatos son más que bienvenidos-me dijo mientras íbamos llegando a la puerta del dormitorio, creo.

-Espera por favor, ¿me llevarías al comedor? Es que tengo algo de hambre y pues…-dije mientras me sonrojaba por la vergüenza

Amelia solo sonrió de lado mientras asentía con la cabeza y nos llevaba hacia otra dirección, hacia el comedor.

-No podemos demorarnos, el sol saldrá en cualquier momento y debes llegar a tu habitación antes de eso.- dijo ella mientras caminábamos.

-¡De acuerdo!-respondí enérgicamente mientras entrabamos sigilosamente en el comedor

Y bueno me alegre porque iba a comer algo después de todo y Lyn… ella se había dormido en el trayecto pero yo sabía que con el olor de la comida, Lyn se despertaría hambrienta, eso se los aseguro. Aunque nos acababamos de conocer yo sabia que eso es lo que ella haria, no se porque.

10
Me hallaba en el comedor, era costumbre ya. Ultimamente me parecia que las horas despues de que me levantaba eran las mejores para estudiar y las horas hantes de dormir las mejores para ejercitarme. Mi fuerza crecia a pasos agigantados dia tras dia. Y llegaba a levantar 800 kilos en el banco plano, tambien podia hacer mas de 2000 flexiones seguidas y al menos 900 barras. Ese dia termine con un hambre fatal y me disponia a comer a un horario en el que no habia casi nadie a la vista. Me estaba nutriendo con ganas: carne de pollo y pure.
A eso senti que llegaba alguien y me parecio que eran dos alumnas de las novatas: "que haran aca tan tarde?" pense yo.