¿Futuras Sacerdotisas? {Priv. Cari/Calixta}

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El sábado seguía avanzado y yo era una recién llegada a esta Casa de la Noche. Recién acababa de conocer a mi compañera de dormitorio, era algo que no me entusiasmaba demasiado porque ¿acaso yo quería llamar la atención acá? Pues no, quería tener una estadía tranquila donde pudiera pasar desapercibida. Pero era sólo un sentimiento de momento, a mí me gustaba estar rodeada de gente, pero no me sentía bien en estos momentos y eso hacía que saliera lo peor de mí. En estos momentos parecía una persona anti social pero yo no era así, enseguida me arrepentí de no haber sido más sociable con Sydney pero eso fue algo que no pude evitar ya que no me sentía bien en ese momento. Luego trataría de entablar alguna conversación con ella y ver si tal vez podíamos ser amigas.

En fin, estaba en el patio. Era una noche hermosa para nosotros. Si mirabas al cielo podías observar la luna y las estrellas resplandeciendo en este y al mismo tiempo alumbrándonos a nosotros con su hermosa luz. En cuanto al clima se podría decir que era una leve brisa que atravesaba tranquilamente el patio y hacía ondear suavemente mi cabello negro. Seguí caminando hasta llegar a la parte de los árboles, me senté en el suelo respaldando mi espalda junto a un árbol y me puse a reflexionar todo esto. Según la carta que me había llegado, la Sacerdotisa Crystal quería que le demuestre mi don con el Espíritu y yo ni ganas tenía de estar demostrando este. Quería relajarme pensar las cosas y luego pensar mi siguiente paso en la vida.

Mientras estaba sentada en el suelo recordaba vagamente como era mi vida humana. Lo cierto es que la extrañaba tanto, en estos momentos si siguiera siendo humana estaría haciendo cosas normales, viviendo una vida normal y de ninguna manera estaría en este colegio sabiendo que en cualquier momento podría morir por no superar el cambio.

Seguí sentada ahí, pensando en qué hacer. Además por qué demonios había sido elegida por una Diosa que me otorgó la afinidad con el Espíritu. No es que no creyera en ella sino que quería mi vida de antes, además hasta donde sabía no podía hacer nada. Me preguntaba qué demonios hacía acá y porque no podía estar en mi casa. Por momentos pensaba en la larga vida que tendría lo que me ocasionaba pánico, pero era peor pensar en no superar el cambio. Bueno, seguí pensando en lo mismo una y otra vez mientras la noche avanzaba lentamente hacia el día en el que no podría salir bajo riesgo de ser lastimada. Esa era otra cosa que extrañaba, pasar tiempo bajo el sol sin que este me picara.